Colección: Protector solar

Para elegir el protector solar adecuado, identifique primero su tipo de piel.

• Para pieles sensibles, busca protectores solares hipoalergénicos, sin perfume, con ingredientes calmantes como el aloe vera o extractos de plantas.
• Para pieles grasas, opta por fórmulas ligeras que no obstruyan los poros, como cremas matificantes o texturas diseñadas para controlar el exceso de sebo.
• Para pieles secas, elige cremas ricas en ingredientes hidratantes como el ácido hialurónico o la glicerina.
• Para pieles mixtas, busca fórmulas equilibradas que hidraten las zonas secas y controlen el brillo en las zonas grasas.
• Para pieles maduras, protégete contra el envejecimiento con cremas que proporcionen una barrera eficaz contra la radiación UV y contengan antioxidantes.
• Para pieles propensas al acné, utiliza protectores solares que no exacerben el acné u otras imperfecciones.

Entonces, dependiendo de tu tono de piel, puedes optar por un FPS más alto o más bajo.

• Las personas con piel clara necesitarán un protector solar con SPF 50 para una protección adecuada, mientras que las de piel aceitunada se queman más lentamente, por lo que pueden utilizar un protector solar con SPF 30.
• Para zonas sensibles como la cara, el cuello y el escote, es mejor utilizar un producto con el FPS más alto, independientemente del color de la piel.

Los números FPS (Factor de Protección Solar) indican el nivel de protección frente a los rayos UVB, que son los principales responsables de las quemaduras solares. El FPS mide el tiempo que se puede estar al sol sin quemarse en comparación con el tiempo que tardaría la piel sin protección en empezar a enrojecer. Un FPS de 30 filtra el 96,7% de la radiación, un FPS de 50 filtra el 98%, y un FPS de 15 ofrece una protección del 93% contra los rayos UVB. Es importante elegir un protector solar de amplio espectro que también proteja contra los rayos UVA, que pueden causar el envejecimiento prematuro de la piel y otros daños celulares.

Las lociones y cremas deben aplicarse al menos 15 minutos antes de la exposición al sol para que la piel las absorba correctamente y empiecen a actuar a tiempo. Independientemente del FPS que utilices, debes volver a aplicarte el protector solar cada dos horas o cuando sea necesario, especialmente después de nadar, bañarte o secarte con una toalla.